En busca de la creatividad y la innovación

Ya lo dijo Albert Einstein: no podemos pretender que algo cambie si hacemos siempre lo mismo. La compleja realidad en la que vivimos y los problemas a los que nos enfrentamos en el nuevo milenio están tornando imprescindible el aporte de nuevas ideas para encontrar soluciones innovadoras. Las empresas más exitosas saben esto y, desde hace tiempo, han orientado sus recursos para poner en práctica aquellas estrategias que permitan incrementar su capacidad de innovar. Hoy en día, el espacio de trabajo es el escenario natural de esta búsqueda y, como tal, puede transformarse en el motor de este proceso. ¿De qué manera? Dando apoyo a la colaboración y a la libre circulación de ideas, favoreciendo una cultura flexible e inclusiva, y ofreciendo las herramientas necesarias para que florezca la creatividad y la innovación.

Creatividad e innovación no son la misma cosa. Mientras que la creatividad puede ser entendida como la capacidad para generar nuevas ideas, conceptos o soluciones, la innovación es la facultad para convertir esas ideas en algo aplicable y con valor dentro de un determinado contexto.
La creatividad es cada vez más valorada como factor de cambio y de progreso y para poder hacer pleno uso de ella debe ser considerada como un modo de emplear la mente y manejar la información. Es por esto que las empresas están orientando sus esfuerzos hacia la utilización activa de enfoques y técnicas creativas que permitan acelerar y mejorar los procesos de innovación, un elemento diferencial para posicionarse a la vanguardia del mercado.

Espacio, creatividad e innovación

A medida que la innovación se hace cada vez más importante para el desarrollo de las organizaciones, crece la necesidad de contar con espacios adecuados para apoyar más eficazmente los procesos que impulsan la creatividad. El diseño del espacio de trabajo es una herramienta muy poderosa.

De acuerdo con las investigaciones realizadas en la Universidad de Rotterdam, las personas que trabajan en compañías tradicionales dentro de estructuras formales, con limitaciones de tiempo, regulaciones estrictas, tareas rutinarias y espacios de trabajo estandarizados tienen pocos estímulos para desarrollar aptitudes creativas.
Los estudios muestran que la capacidad para generar ideas nuevas está influenciada por el entorno de trabajo y que los espacios que cuentan con un diseño cognitiva y perceptivamente estimulantes pueden mejorar la creatividad.

También mencionan que la relación entre el ambiente social y la creatividad está mediada por la motivación. Cuando existe un buen clima organizacional, los empleados se sienten más motivados y más creativos. Y lo mismo ocurre con el estado de ánimo: un estado de ánimo positivo puede facilitar la generación de un gran número de ideas creativas.
Otros estudios muestran que ciertas características del espacio de trabajo pueden tener efectos positivos en el rendimiento de la tarea creativa: la presencia de plantas, una baja densidad de ocupación, suficiente luz y vistas al exterior, etc. Por el contrario, un ambiente ruidoso, hacinado, mal ventilado y con iluminación insuficiente inhibe la creatividad.
El layout, el balance de los distintos tipos de espacios –en particular, el dilema que se presenta en las oficinas abiertas entre la posibilidad de interacción y la privacidad– y la densidad de ocupación, representan la clave para estimular la creatividad y la innovación.

Pero un ambiente estimulante no solo significa colores vibrantes y un estilo descontracturado. También puede incluir espacios dedicados a actividades que no estén directamente relacionadas con el negocio tales como el arte, los juegos, la meditación, etc. Pero por sobre todo, significa construir una cultura que aliente la adquisición de nuevos conocimientos y nuevas formas de hacer las cosas, que estimule la curiosidad y la libertad con responsabilidad, y que proporcione flexibilidad y opciones para elegir dónde, cuándo y cómo trabajar.

La eliminación de las barreras físicas y la transparencia también ayudan a promover el pensamiento original ya que la comunicación y la interacción benefician enormemente a los procesos creativos, los cuales se nutren del intercambio entre personas con distintos intereses, culturas y formas de pensar.

Principios de diseño

Un estudio de Steelcase demuestra que el diseño del espacio de trabajo es un factor de peso a lo hora de mejorar la creatividad y la innovación, al mismo tiempo que aporta algunos principios a tener en cuenta en el planeamiento de dichos espacios :

Espacios flexibles: el espacio debe ser reconfigurable para favorecer la espontaneidad, la alternancia entre diferentes modos de trabajo, el flujo de la información, etc.

Espacios inspiradores: la luz natural, las vistas al exterior, la inclusión de elementos y materiales naturales, la elección de los colores de acuerdo con su capacidad para promover la excitación o la calma, un layout informal, la exhibición de obra de arte y otros objetos significativos, pueden ayudar a crear una atmósfera estimulante que inspire a las personas a ser más creativas.

Espacios colaborativos: la innovación requiere compartir y colaborar. Para ello será conveniente disponer las áreas de trabajo individual en torno a los espacios de trabajo grupal a fin de maximizar la visibilidad y las posibilidades de intercambio. También será imprescindible contar con espacios de brainstorming, áreas de reunión informal y encuentros casuales junto con profusión de pantallas o pizarras para compartir ideas e información.

El espacio como herramienta de trabajo: el espacio de trabajo se concibe como una herramienta que los colaboradores pueden utilizar para innovar. Debe dar apoyo a todos los estilos de trabajo (concentración, colaboración, aprendizaje y socialización) para que cada metro cuadrado de la oficina pueda convertirse en una incubadora de nuevas ideas.

El espacio como reflejo de la cultura y la identidad de la organización: el espacio de trabajo, como representación de los valores empresa, constituye una forma de inspirar creatividad en las personas.
El espacio como ámbito de socialización: la socialización es crucial para el surgimiento de la innovación. Las áreas abiertas y relajadas con asientos cómodos, mesas de café, etc. son aptas para las conversaciones informales y el intercambio de ideas. Resultará ideal ubicarlas a la vista, en las proximidades de las áreas de trabajo, para estimular su uso y facilitar los encuentros y las charlas casuales.

Conclusiones

Ya desde el inicio, la evolución del mundo parece haber sido impulsada por destellos de inspiración, ese misterioso proceso al que llamamos creatividad. Sin embargo, a pesar de que la creatividad aparece en el ideario colectivo como la creación del genio solitario, se trata más de un proceso colectivo basado en la transferencia de información.

Creatividad e innovación son procesos no lineales, impredecibles y muchas veces desordenados, que se ven ampliamente favorecidos por el intercambio de ideas y conocimiento. Para crear mayores posibilidades de que florezcan es necesario estimular la colaboración y la comunicación entre las personas, y el espacio de trabajo es un elemento clave para lograrlo.

Contar con los tipos adecuados de espacios puede ayudar a las personas a cooperar, a compartir conocimientos y a construir los lazos sociales imprescindibles para crear grandes soluciones para los grandes retos de hoy.

Fuente: Contract Workplaces

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