Las organizaciones pueden crear vecindarios diversos en su espacio de trabajo como una forma tangible de comunicar sus valores y cambiar su cultura. El espacio de trabajo puede producir la misma energía y conexión que la gente siente al sentarse en la terraza de un café, o el mismo nivel de soledad que experimentan en su biblioteca o en la intimidad de su propia casa.
Los vecindarios en el trabajo, como aquellos en los que vive la gente, son una base de operaciones para personas y equipos, departamentos o equipos de proyectos. Incluyen diversos espacios interconectados que permiten diferentes tipos de trabajo, una mezcla de usos y un flujo natural de uno a otro. Entre estos se incluyen:
- Espacios individuales asignados a una persona o compartidos entre el equipo
- Espacios de colaboración para las interacciones presenciales y virtuales que apoyan las diferentes formas en que las personas necesitan reunirse
- Lugares con la privacidad adecuada para el trabajo individual o para estar en soledad y recargar las pilas
- Áreas para reunirse, socializar y aprender con los compañeros de equipo
Los vecindarios se convierten en un destino, donde las personas se sienten cómodas y confían en poder encontrar a sus compañeros de equipo y las herramientas que necesitan para hacer su trabajo.
Para que un vecindario funcione realmente para la gente, tiene que basarse en algunos objetivos de diseño fundamentalmente nuevos:
- Equidad: Crear una experiencia más equitativa e inclusiva para todos los participantes, con un objetivo de diseño que elimine la brecha entre los trabajadores ubicados en el mismo espacio y los remotos.
- Compromiso: Diseñar entornos para albergar una variedad de experiencias que ayuden a las personas a participar plenamente, concentrarse en profundidad y a aumentar el flujo de trabajo durante más tiempo
- Facilidad: Concebir diferentes experiencias virtuales y físicas intuitivas que sean fáciles de utilizar y controlar
Aunque cada vecindario tiene su propio carácter distintivo —el SoHo neoyorquino es muy diferente del londinense—, hay cuatro principios clave de diseño que guían la creación de un vecindario al que las personas quieran ir.
Individual + Colaboración
Así como los vecindarios de la ciudad tienen casas y espacios compartidos, el nuevo vecindario del trabajo apoya tanto el trabajo individual como el de equipo.La cantidad de espacio para cada uno de ellos varía, pero sirven para que los profesionales realicen diferentes tipos de tareas a lo largo del día. Ayudan a hacer transiciones rápidas y dan a los trabajadores más opciones y autonomía sobre su jornada.
De fijo a flexible
Los grandes vecindarios evolucionan cuando se mudan nuevos vecinos o se abre una nueva tienda. En el trabajo, el cambio es constante, a veces a pequeña escala, como cuando los equipos necesitan añadir más personas, o de forma significativa cuando se necesitan más espacios de colaboración. Un vecindario híbrido es modular y flexible, y abraza el cambio en lugar de resistirse a él.
Abierto + Cerrado
La privacidad en la oficina se ha vuelto aún más importante durante la pandemia. Antes, algunos trabajadores ya tenían
problemas con las oficinas abiertas y ahora, después de trabajar desde casa, son todavía más sensibles a la necesidad de preservar su privacidad. Los grandes vecindarios mezclan espacios privados y públicos, haciendo que el entorno sea diverso y dinámico.
Fusión de lo digital y lo físico
Los urbanistas están creando ciudades inteligentes y los vecindarios de oficinas híbridas deben hacer lo mismo. Las videoconferencias son una nueva norma en la oficina y todos necesitan ver y ser vistos, escuchar y ser escuchados. La tecnología tiene que ser fácil de usar, pero la clave para que funcione es disponer de un espacio del tamaño idóneo con las características adecuadas.
Es hora de poner las necesidades de las personas en primer lugar y pensar en el espacio de trabajo de una forma totalmente nueva. Se trata de una inversión en capital humano que empieza por comprender lo que más importa.